Hoy se cumple el 24 aniversario del descubrimiento de la Ley del Tiempo por José Argüelles en Kin 141- Dragón Autoexistente Rojo. El siguiente es un extracto de 2012: Biografía de un Viajero del Tiempo/New Page Books 2009/Stephanie South.
Los relojes matan el tiempo… el tiempo está muerto, siempre que esté siendo marcado por las pequeñas ruedas; sólo cuando el reloj se detiene el tiempo viene a la vida.
–William Faulkner
El proceso de mecanización fue fomentado por una ideología que dio prioridad absoluta y autoridad cósmica a la propia máquina. – Lewis Mumford
En 1989, sólo dos años después de que El Factor Maya fuera publicado, vino el descubrimiento de las frecuencias del tiempo 13:20 y 12:60, que fue la revelación del principio de la Ley del Tiempo y el despertar de la necesidad de la reforma del calendario.
Mientras estaba en Dornach, José hojeaba el mapa guía de Ginebra, Suiza, y encontró el Museo del Tiempo. Él supo que tenía que hacerle una visita.
El 10 de Diciembre, una fría mañana de domingo, después de recorrer dos horas el Museo del Tiempo, mirando un arcaico proto-reloj tras otro, desde el cuco hasta el péndulo y después siguiendo a los relojes de cuarzo y de cesio digitales, José tuvo una revelación.
«¡Eso es!», Exclamó a Lloydine. «¡El mundo está viviendo en el tiempo artificial! Este lugar debe ser rebautizado como el Museo del Tiempo Mecanizado.” Como ella también había estado viviendo en grandes ciclos, rápidamente comprendió lo que estaba diciendo. Al vivir de acuerdo con los ciclos Mayas, José tenía un contraste experimental y matemático para evaluar lo que experimentó en el Museo del Tiempo. Su mente iba a toda velocidad en comprensiones. Tomando en cuenta que todo en el Museo iba de acuerdo al 12, y todo lo que estaba relacionado con el reloj, vio de inmediato que los 12 meses y las 12 horas eran matemáticamente equivalentes. Vio que los 60 minutos y los 60 segundos estaban basados en el mismo principio matemático: la división de 12. De inmediato llegó a la conclusión de que la frecuencia de la máquina estaba basada en la relación de 12:60.
Todo parecía obvio: el 12 y el 60 eran construcciones matemáticas de la geometría del espacio y no del tiempo. En la geometría del espacio, un círculo de dos dimensiones se divide en 360 grados. 360 es divisible por 12 y por 60, de ahí la frecuencia de tiempo 12:60 del tiempo artificial.
Él se enteró que el reloj mecánico fue perfeccionado justo después de la reforma del calendario gregoriano de 1582. Se dio cuenta de cómo, después de la adopción de este calendario y el reloj, la mente humana aceptó estos instrumentos como una segunda naturaleza. Fue consciente de que el calendario gregoriano era un estándar de medida corrupto basado en medidas del espacio y no del tiempo.
Por el contrario, al vivir por los principios de los 260 días del Tzolkin, los ritmos de la vida estaban interrelacionadas en patrones de ciclos de 13 y 20 días –de ahí la frecuencia 13:20 del tiempo natural. José entendió que la Ley del Tiempo era una ley fundamental, como la de la gravedad. Así como la ley de la gravedad no puede ser vista, tampoco se puede la Ley del Tiempo, ya que ambos son principios invisibles fundamentales al universo.
Al observar los ejemplos de la evolución de las sociedades y la cultura, José se dio cuenta que, desde un punto de vista científico, lo que se denomina «sociedad normal» es en realidad una realidad de consenso impulsada por la combinación de dos estándares de tiempo: el calendario y el reloj. Al confundir el espacio con el tiempo, esta civilización se ha vuelto obsesionada con las tecnologías y la exploración espacial, y la queja más grande es no tener suficiente tiempo. A estas alturas, prácticamente toda la civilización está operando bajo esta frecuencia artificial.
Para revertir este error, inmediatamente supo el calendario debía ser cambiado.
La Ley del Tiempo, su naturaleza y descubrimiento por José Arguelles
El descubrimiento de la Ley del Tiempo es la revelación de una verdad científica tan fundamental, y que ha eludido la ciencia humana durante mucho tiempo, que su presentación totalmente subsume y revoca la antigua ciencia en su totalidad. Sus conclusiones son tan profundas, sus consecuencias para el futuro de la sociedad humana son tan radicales y urgentes, que es obligatorio que el descubrimiento de la Ley del Tiempo sea inmediatamente llevado a la atención de todos los líderes mundiales.
El Tiempo es la cuarta dimensión. El Tiempo es una frecuencia. Una frecuencia de tiempo común que gobierna y da forma a todos los fenómenos tridimensionales. Esta frecuencia es una proporción inalterable, expresada matemáticamente como 13:20. La Ley del Tiempo también toma la forma de una ecuación: T(E) = Arte.
T(E) = Arte (E)nergía factorizada por T(iempo) (frecuencia 13:20) = Arte, donde el Arte es la forma, la calidad y el proceso que distingue cualquier fenómeno tridimensional, (E)nergía, puede ser una roca, una flor, una estrella, o un ser humano. La Ley del Tiempo afirma que la cualidad de la belleza de la naturaleza es suprema; esto es una función científica y matemática del tiempo cuatridimensional.
T(E) = Arte, es radicalmente diferente de E=MC2. La Ley del Tiempo muestra que la visión del mundo causada por la aceptación de la Teoría de la Relatividad es parcial, incompleta, unidimensional y moralmente inaceptable. La relatividad de todos los valores mantenida unida solamente por el propio interés crea el caos social y el desastre ambiental. El momento preciso del descubrimiento de la Ley del Tiempo, demuestra que este descubrimiento es también un antídoto a la administración unilateral de los asuntos y valores mundiales que han sumido a la raza humana profundamente en el callejón sin salida del materialismo y la inmoralidad.
El descubrimiento de la Ley del Tiempo fue el resultado de la investigación de dos compañeros de trabajo independientes, José y Lloydine Argüelles. Después de años de investigación sobre el sistema calendárico Maya (La Tierra en Ascenso, 1984, 1988, 1996; El Factor Maya, 1987, 1996), el principal investigador José Argüelles había llegado a la conclusión de que la superioridad científica y la sofisticación galáctica de los calendarios Mayas se debía al hecho de que estos calendarios se basaban en un estándar de medidas y una matemática completamente diferente de cualquiera de los dispositivos de los marcadores de tiempo actualmente conocidos o en uso a nivel mundial.
Empeñados en aislar y separar el estándar de medida y el sistema matemático que subyace en los calendarios Mayas, en 1989, José Argüelles concluyó que la clave del sistema era un código matemático vigesimal (cuenta de 20) en lugar de uno decimal (cuenta de 10), expresado como una matriz numérica radial de 0-19. Esta cuenta vigesimal 0-19 permite una matemática posicional con una flexibilidad superior en poderes y cualidades a la matemática posicional del sistema decimal.
Un subconjunto de la cuenta de 20 del código 0-19 es la cuenta 1-13 («onda encantada») que define una constante de medida cíclica. La combinación del código 0-19 completo y su subconjunto, una constante cíclica de cuenta de trece, crea la proporción de la frecuencia 13:20. En esto reside la base del principio de medidas Mayas, el Tzolkin de 260 (13×20) unidades. Junto con su co-investigadora Lloydine Argüelles, los investigadores agregaron a la investigación matemática, el estudio fenomenológico de vivir solamente a través de los ciclos calendáricos Mayas.
Aunque los calendarios y matemáticas Mayas causaron el descubrimiento de la Ley del Tiempo, no era el objetivo de los investigadores el «descubrir la Ley del Tiempo», sino, simplemente aislar y definir el sistema matemático detrás de los calendarios. Todos los calendarios y matemáticas Mayas incluyen la Ley del Tiempo, pero no era el interés ni la necesidad de los Mayas expresar las bases de su ciencia y sistema de creencia, sino sólo aplicarlos. Sin embargo, después de haber aislado los códigos matemáticos subyacentes en la forma de la relación 13:20, mientras lo vivían fenomenológicamente, el marco perceptual de los investigadores fue preparado para el verdadero descubrimiento.
En esencia, debido a que ellos postularon la existencia de la frecuencia de tiempo «Maya», galácticamente sincrónica, 13:20, por contraste, ellos fueron capaces de aislar e identificar la frecuencia de tiempo artificial, 12:60. Por lo tanto, durante 1989-1990, los investigadores verificaron que existe una frecuencia de tiempo galácticamente natural, 13:20, y una frecuencia de tiempo artificial, 12:60. La base de la frecuencia de tiempo artificial es el Calendario Gregoriano irregular de doce meses y el reloj mecánico de la hora de 60 minutos, de aquí 12:60. Además, ellos comprendieron que la relación artificial 12:60 es una aberración puramente humana, una ficción mecanicista restringida a una ciencia y una visión del mundo de un plano físico tridimensional. También concluyeron que la frecuencia 13:20 es la frecuencia de tiempo cuatridimensional real.
La Ley del Tiempo cuatridimensional opera a través de una sola frecuencia, la 13:20. Esta frecuencia y las matemáticas radiales por las que opera no es medible por, ni tiene ninguna aplicación en los estándares de medida e instrumentos de investigación tridimensionales. En esto reside la razón de que, si bien admitió que el tiempo es la cuarta dimensión, Albert Einstein, y el resto de investigadores hayan sido incapaces de formular la verdadera ley del tiempo cuatridimensional.
El siguiente corolario que se elaborará es que las matemáticas del tiempo cuatridimensional son una construcción totalmente diferente de las matemáticas del espacio tridimensional. Es absurdo aplicar medidas del espacio para definir cualidades del tiempo. Este fue el error principal del calendario de doce meses y su descendiente el reloj mecánico: confundir la medida del tiempo por divisiones de un círculo en el espacio. Por el contrario, las matemáticas del tiempo cuatridimensional están totalmente aparte de prácticamente todos los sistemas matemáticos en uso hoy en día, que son todos una matemática del espacio.
La matemática de la cuarta dimensión son fractales, radiales y holonómicas. La matemática fraccional, algebraica e infinitesimalmente reduccionista del espacio puede de alguna manera ser considerada totalmente aberrante por no haber podido participar en un correcto entendimiento del tiempo. De hecho, todo el surgimiento de la ciencia física moderna puede ser calificado como una desviación por no haber sido adecuadamente informada por la medida correcta de tiempo.
El descubrimiento de la Ley del Tiempo es un nuevo conocimiento genuino. Este nuevo conocimiento sustituye en todos los sentidos el antiguo conocimiento, y hasta que sea utilizado como la medida correcta para todos los valores e instituciones humanas, no lo comprenderemos totalmente. El descubrimiento de la Ley del Tiempo es un valor evolutivo cuyas pruebas y consecuencias se extienden hasta el último aspecto de la vida humana.
www.13lunas.net (en español)
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